Project Description
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Como un par de kilómetros antes de San Justo de la Vega aposentó sus reales un chaval de Barcelona (David). En medio de la nada instaló una pequeña chabola sin energía eléctrica ni solar, ni agua corriente. Durante 7 años ofreció bebida y comida (mucha de ella comprada en una herboristería de Astorga) a cambio del donativo que cada uno quisiera entregarle. En ese lugar pasó un frío pelón con la única fuente de calor de una chimenea de leña y un buen saco de dormir. Todo el año descalzado y caminando o corriendo al río para asearse. Quien lo deseaba podía hacer noche en su cabaña si era consciente de las limitaciones de la misma. A todo esto lo llamó «La Casa de los Dioses». En septiembre de 2016 la cerró según sus palabras por «la hipocresía que detecta ahora en el Camino». El caso es que la historía de David emocinaba a cualquier que pasase por allí. Tuve la suerte poco antes de irse de allí de charlar de lo divino y de lo humano y resultó un placer. Suerte David, allí donde andes.
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