Nos adentramos en los Montes de Oca, uno de los territorios más fríos del Camino. Algunas de sus casas conservan la arquitectura tradicional de la zona con las paredes de barro y maderas atravesadas en las mismas para dotarlas de mayor consistencia. Cuenta con uno de los albergues con más personalidad del Camino, la de su peculiar propietario; Pepe Mir.
La Campana de Pepe
Conste en acta que es un albergue que a mí me gustó por circunstancias que os explicaré pero que no es para todo el mundo. Por ejemplo para los frioleros. Cuando yo dormí marcaba 10 bajo cero fuera del albergue y calculo que dentro no llegaría a la misma cifra sobre cero, quizás ni a 5 grados. En la actualidad, Pepe ha mejorado mucho este asunto del frio y ofrece un albergue confortable decorado con mucha personalidad. Tampoco es tu sitio si no te gusta aceptar condiciones o te crees el rey del mambo. A Pepe le suele dar por interrogar a sus huéspedes por su condición de peregrinos y decide que solo duerme en su albergue quien va a pie y hace una mínima cantidad de kilómetros. Yo lo interpreto como una forma de ponerte a prueba más que un examen de «peregreneidad», pero que no os sorprenda si le da por ahí. Lo que no ofrece ninguna duda es que Pepe es uno de los personajes del Camino (montó el albergue tras peregrinar a Santiago para conseguir los favores de una dama y surtió efecto; pero la susodicha no quiso acompañarle en la aventura de vivir en un pueblo de 40 habitantes, así que la sustituyó por el Camino y se enamoró de él). Como buen ex legionario ha llevado la vida más «arrebatada» que os podáis imaginar. Y para colmo este catalán de pura cepa, cocina de escándalo, aquella noche una escalibada y una paella buenísimas y hechas en el momento. Ni Pepe, ni su albergue os dejarán indiferentes. Albergue La Campana de Pepe: calle Las Cruces 3 (Espinosa del Camino).
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