Hay flechas que son un Camino en sí mismas. Tan inspiradas, originales o bellas que merece la pena admirarlas como cualquier otra maravilla del Camino. Hace pocos días caminando de Markina a Bilbao nos encontramos con esta joyita llamada a diluirse en unas semanas. Entendemos que deslizando el pie y retirando hoja de pino, un peregrino dibujó sobre el suelo esta indicación, por otro lado apenas necesaria pues ese tramo estaba lleno de indicaciones oficiales. Pero a veces lo superfluo tiene más sentido que lo práctico. A nosotros nos alegró la vista, la fotografiamos y le dimos las gracias al autor.

 

Entre tanto brochazo de pintura amarilla que con generosa dedicación han dado voluntarios principalmente de asociaciones de amigos y señalización oficial de las distintas administraciones, a veces aparecen estas otras indicaciones espontaneas. A base de piedras, piedritas y pedruscos, de trozos de madera, en la cabeza de los girasoles retirando pipas, con algún lema inspirador escrito en una pared (otras veces no tan acertado), con conchas…

 

 

A nuestra izquierda un buen ejemplo de que el Camino y el sentido del humor (cántabro) casan bien. Así indica algún paisano que por la izquierda se va a San Vicente de la Barquera y por la derecha a Comillas. Otro asunto es que las similitudes entre David Bustamante y Antonio Gaudí no las acabamos de pillar, el resultado es muy salado y ha trascendido gracias a nuestros amigos de Postureo Cántabro.

 

 

¿Y tú, que flechas, indicaciones, señales originales, emotivas, interesantes o bellas te has encontrado en nuestros caminos a Santiago?

Nota: esta era nuestra elegía a la flecha del Camino, no sin antes recordar que fue nuestro admiradísimo Elias Valiña (posiblemente el único personaje del Camino cuyo reconocimiento es unánime) quien tuvo la iluminación en su día de pintarlas con pintura amarilla desde O Cebreiro (era el sacerdote de la localidad) hasta Santiago. Sin esa genialidad, parece que sería en los últimos años con la implantación de los móviles con GPS cuando empezaría el Camino a resurgir. A saber cómo habría evolucionado la ruta jacobea sin la inspiración del querido Valiña. Da para otro contenido