No hará ni un año que una peregrina del Camino del Norte, reflejó en las redes sociales el descubrimiento de la Coca Cola como bebida revitalizadora durante el esfuerzo. Que inventó la Coca Cola en el Camino, vamos.

El refresco de cola es una de las bebidas estrella en la ruta jacobea, correspondiente a la categoría, digamos, de bebidas «energizantes». Junto a la citada Coca Cola, estarían las bebidas isotónicas como el Aquarius, el Nestea, el café o las infusiones, frías o calientes. Luego tenemos la categoría de bebidas que dan gustito y que pueden tener sentido durante la jornada o a su conclusión y de condición sagrada para algunos: el vino y la cerveza con sus versiones en forma de tinto de verano o clara.

Por no hablar del trago largo, léase combinado tipo Gin Tonic, etc. En este caso parece que hay pocas dudas de que no procede durante las horas de peregrinación.

Que no parezca que dejamos el agua para el final con ninguna intención. Es por llevar un orden y nos parece la mejor opción mientras caminamos. Otro asunto es si del grifo, de manantial o embotellada (a algunos le sienta mal en las anteriores circunstancias). Y junto al agua, nada mas apropiado que los zumos u opciones intermedias como el agua con limón.

Junto a los ya citados café e infusiones, hay otras opciones para hidratarse muy apetecibles en días fríos. Serían las sopas calientes, como las de ajo, la de cocido o el sublime caldo gallego habitual en Galicia y comarcas cercanas. Y ahora que no nos leen nuestras queridas madres, están las sopas de sobre o hasta los Yatekomo (ojito a los ingredientes que no es que sean muy saludables). Y qué decir del Colacao, desayuno y merienda ideal.

Seguro que nos hemos dejado alguna bebida o líquido que nos puedes recomendar. Cuéntanoslo.