Pablito «el de las varas» ha puesto a esta pequeña localidad navarra en el mapa. Durante décadas ha regalado varas y más de una concha a los peregrinos. Y es que donde esté una vara o bordón de peregrino que se quiten los bastones de montaña (nos parecen más naturales, estéticos y silenciosos).
Pablito «el de las varas»
Pablito calcula que habrá regalado más de 30.000 varas a otros tantos peregrinos. También ha dado de comer, cenar o dormir a más de uno y siempre sin pedir nada a cambio. No acepta ni concibe que haya precio por todo ello. En los ultimos tiempos se le ha complicado mantener sus generosos ofrecimientos. Tiene que pedir permiso para cortar las ramas de avellanos con los que luego fabrica las varas y a veces se pega algún que otro disgusto porque tras regalarlas más de uno no se digna ni a agradecérselo. Son los nuevos tiempos en los que nos ha dado por aislarnos emocionalmente y ni siquiera el Camino de Santiago consigue ablandarnos. Y Pablito no concibe que en el Camino no exista la educación, el agradecimiento o la charla que tanto conocimiento ha trasmitido.
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